jueves, 11 de diciembre de 2008



MÍSTICA MÚSICA
Seguramente en alguna ocasión hemos viajado a parajes que simplemente nos han encandilado, éste sentimiento de querer quedarse a vivir por el resto de sus días ahí y no tener que regresar a la monótona vida citadina.
Sin embargo, a causa de lo agitada que está la vida en estos últimos tiempos he resuelto que podemos viajar sin tener que movernos de un lugar a otro. Cuando menos lo imaginen sentirán que de pronto están pisando un pedacito de cielo, tocando la gloria por unos instantes. A mi parecer una de las mejores maneras de relajarse y olvidar todo lo que nos impide disfrutar de esta hermosa vida es solamente echarnos en el sofá o en algún sitio que le parezca cómodo en lo que respecta a circulación de aire, buena iluminación y ambiente cálido; cerrar los ojos y oír música que mezcle sonidos de quena, zampoña y charango. La combinación de todos estos instrumentos muy andinos, por cierto nos permitirá abrir nuestros corazones y sentir toda la majestuosidad que se encierra en sus notas, es como lograr despojarnos de todo los ajetreos, de todo lo inservible y sentir la vida en su máxima expresión.
A mí me funcionó.

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